Wednesday, May 8, 2013

Un numero mas.

El era un hombre, un hombre no distinto a cualquier otro, una persona mediocre en todo el sentido de la palabra y el estaba al tanto de esto, nunca hizo nada que no fuera mediocre y esto lo estaba volviendo loco.

El tenia un nombre, pero siempre fue tratado como un numero, paso de ser un numero en el colegio, a ser un numero de identificacion, a ser un numero de matricula en la universidad y termino siendo un numero de nomina en una empresa.

El estaba cansado, cansado de trabajar todos los dias en un cubiculo, cansado de estar solo, cansado de estar cansado y cansado de vivir.

No creia en nada ni en nadie, porque nada ni nadie nunca creyo en el, no creia en ahogar sus penas en alcohol, porque no creia merecer el placer de olvidarse de su dolor, aunque si tenia un ancla, algo que lo mantenia despierto, sufriendo, el cafe, el ancla que algun dia lo mataria.

El iba todas las semanas un dia diferente a la tienda, a comprar cafe, lo necesitara o no, lo quisiera o no, ya se habia hecho costumbre, quizas igual que el cafe en si, alli veia la mierda de la tierra, lo que el mas odiaba, a los humanos, los odiaba porque eran igual a el y era su forma de odiarse a si mismo sin la pena que infunde la autocompasion.

Un dia saliendo de la tienda, deseando que ese fuera el ultimo tarro de cafe que comprara y que esto bastara para matarlo, fue atropellado por un camion de cafe, lo curioso es que todos lo vieron, pero nadie escucho nada, solo crujidos secos y el sonido de su cuerpo desmembrandonse, todos lo que lo presenciaron empezaron a llorar, a llorar de felicidad sin poder explicarlo, mientras el se convirtio en lo que el odiaba, mierda en la tierra.

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